Hace dos mil años llegó a tierras judías uno de los hombres que más huella ha dejado en toda la historia; Jesús de Nazaret. Portador de un mensaje lleno de vida, amor y esperanza.

Mensaje que se enfrentó a la estructura y enseñanzas religiosas de su tiempo y lugar. De hecho, fue el máximo sacerdocio del templo Judío; Anás y Caifás, quienes dieron la orden para la detención de Jesús y posterior “juicio” en su contra.

Pasajes bíblicos revelan que la relación entre Jesús y el sanedrín, estuvo llena de diferencias, se evidenció que la mayoría de los máximos jefes de la religión Judía (Adoradores de YAHWE) no aceptaron a Jesús como el mesías anunciado dentro de la tradición que heredaron desde moisés.

Un claro ejemplo es lo ocurrido en el siguiente incidente:

Fuerte, contundente y enérgica denuncia hecha por un hombre que las religiones nos han pintado como callado y sumiso. Una confrontación directa con los líderes religiosos de la época en su mismo espacio: el templo. Demostrándonos que Jesús poseía un carácter de justicia infranqueable.

Además, El Nazareno no solo fue rechazado sino que los doctos de la Ley Judía aseguran que fue un Anti mesías, o falso mesías; como claramente lo manifiesta el reconocido Rabino Jonatán D. Galed en el siguiente video:

Y fue tal la enemistad de la élite religiosa judía con el mensaje de Jesús y el Dios que vino predicando,  que la mayoría de sus representantes trabajaron incansablemente hasta que el gobernador Romano Poncio Pilatos, diera la orden para su crucifixión.

Mateo 27:24-25 Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros.  Y respondiendo todo el pueblo (Judío), dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.

Tiempo después, en el Sínodo de Yamnia (año 90 dc) excluyeron del canon hebreo toda referencia profética que pudiera señalar a Jesús como el verdadero mesías. «Sepultando» de esta manera, el riesgo que representó para su falsa adoración, la primera venida del Salvador.


Pero, muchas personas (no judíos o gentiles) hemos sentido la verdad del mensaje y testimonio de Jesús, la Resurrección que Él mismo en su Ser encarnado trasladó a la humanidad para que aprendiera de ella, señales poderosas que nos demuestran que Jesús es el CRISTO enviado del Dios verdadero, el sin nombre y sin fin.

Por lo tanto, si para la mayoría de nosotros Jesús es el CRISTO, en consecuencia, el mesías que aún esperan los judíos será el Anti-cristo. En ese orden de ideas, la segunda venida del Cristo no corresponde de ninguna manera al advenimiento del Mesías Judío.

Masiah judío que según la tradición debe cumplir con las siguientes condiciones:

  • Descendiente del Rey David… Ser judío de sangre.
  • Claro defensor de la Ley de Moisés, La Torá.
  • Hacer guerra contra los enemigos de Israel y vencerlos
  • Hacer retornar a los judíos dispersos en el mundo a tierras ocupadas en palestina
  • Reconstruir por tercera vez el templo de Salomón.

Nada parecido a lo que significa la promesa de la segunda venida de CRISTO:

Entregar el remanente del nuevo día a los hombres y mujeres que hayan forjado la condición interior de Justos y Verdaderos, los transformados y renacidos por el mensaje de resurrección recibido, los bienaventurados  limpios y puros de corazón. Sin guerras, sin ocupaciones, sin mentiras ni engaños, solo a través de la manifestación inobjetable de la Justicia Eterna.

¡No te dejes engañar! Pues se nos advirtió que se levantarían falsos cristos y engañarán a muchos. Éste, es el Anticristo.

Gracias por darte la oportunidad de leer este artículo, pero recuerda, compruébalo.

Por Neil Barrios.