En alguna oportunidad alguien me preguntó muy desesperado de qué forma podía o debía abordar y compartir el conocimiento del despertar con una persona religiosa (claramente se refería a un familiar) de tal manera que no lo rechazara.
Pues lo que le pude compartir de acuerdo a mis múltiples intentos en hacer lo mismo, fue darle dos pautas. La primera corresponde a una importante pregunta a esta persona: ¿Te siente feliz y pleno en la congregación a la que perteneces?.
Si la respuesta es afirmativa, entonces viene la segunda pauta o paso no menos importante que debemos hacer: NADA MÁS.
Debemos comprender que las personas que viven convencidas en las enseñanzas religiosas, y además sienten un gran gozo en ellas, manifiestan claramente que su impulso espiritual está a ese nivel. Absolutamente nadie diferente a esa misma persona, tendrá la autoridad o derecho para querer sacarlo de ahí.
Si tú amigo o familiar está feliz en la congregación religiosa, déjalo tranquilo, respeta su impulso espiritual, no es su momento aún. Pero te preguntarás; ¿Pero porque yo si lo entendí rápidamente? La respuesta es simple, tú tenías inquietudes, no fue alguien distinto a ti que te despertó.
Entonces es bueno cambiar de estrategia, ¿Qué tal si les dejamos pequeñas preguntas capciosas sobre los fundamentos y enseñanzas religiosas de tal forma que se vaya cuestionando personalmente y esto lo impulse poco a poco a un estado de búsqueda de respuestas?
Recuerda, se le da de beber solo al que tiene sed
Neil Barrios Ariza.
Descubriendo.