Los singulares comportamientos de los integrantes de grupos sectarios, parten del sentir vehemente de sus integrantes de pertenecer al colectivo de hombres «elegidos por Dios» para la salvación, por creer ser poseedores absolutos de la verdad. De inmediato, y como consecuencia de lo anterior, se sienten parte de las huestes de luz, y los que no hagan parte, o peor aun, no acepten o cuestionen a la hermandad, entonces son necesariamente enemigos, o seres de la oscuridad.
Todo inicia cuando su megalómano líder utiliza un mensaje real y verdadero, y lo mezcla hábilmente con otro tipo de ingredientes dogmáticos y sensacionalistas. Dicho cóctel logra calar fuertemente en la necesidad humana de sentir esperanza en medio de un mundo lleno de mentiras e injusticias, de escapar de la cruel realidad donde solo somos unos desconocidos en la jungla del sistema, y pasar a sentirnos importantes ante Dios, sin darnos cuenta que hemos sido inducidos ciegamente en un abismo de egos, fantasías y fanatismo.
El objetivo principal de un grupo sectario es hacernos creer que tocamos el cielo con las manos, pero que al tiempo, no nos demos cuenta que en realidad estamos mas cerca de lo efímero y mundano.
”No os dejéis elegir para sus grupos, no os dejéis tentar por falsas doctrinas con apariencia de piedad y sabiduría. No dejéis que os seleccionen para estos particulares grupos en que se pierde el derecho a no aceptar.” (LL)
Por: Neil Barrios Ariza