En torno a la historia narrada en el génesis sobre nuestro origen, existen varias suposiciones, por ejemplo: creemos en la manzana como la fruta prohibida a pesar que ningún versículo de este libro hace mención de ella, o también existe la creencia de que Adán y Eva Vivian en un paraíso, cuando realmente ellos fueron puestos en el edén.

Pero hoy profundizaremos en esa historia, cuando Jehová le dice al hombre:

Genésis 2:16 “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;  mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”.

Otra importante condición de este árbol era su ubicación; estaba en medio del  huerto. Es decir, que de este árbol central, Adán y Eva no podían ni tocarlo y mucho menos comerlo, pues de hacerlo morirían.

Pero capítulos más adelante aparece en escena otro personaje; la serpiente, la más «astuta» de todos los animales del campo. Pero ella le dice a la mujer no moriréis. Veamos:

Génesis 3:5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.

Notamos dos instrucciones contrarias recibidas por Adán y Eva; Una entregada por Jehová y otra por la serpiente.

Nos preguntamos, ¿como Dios coloca en medio del huerto un árbol para no ser tomado, si al estar en esa estratégica posición se hace más llamativo?, además que la narración dice que su fruto era bueno para comer, agradable a los ojos, era el árbol de la ciencia del bien y el mal, de la sabiduría.

Pero buscando respuesta a este interrogante, en la investigación encontramos un documento descubierto en el año 1945 en Egipto, en el pueblo de Nag Hammadi, unos campesinos hallaron por casualidad 13 códices de papiro enterrados en vasijas selladas. Estos escritos datan del siglo III dc. Es una amplia biblioteca de la que destacan varios evangelios no canónicos, como el Evangelio de Tomas y El libro apócrifo de Juan, entre otros..

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Estudiando el Libro Secreto de Juan, texto que recopila la revelación entregada por Jesús al apóstol Juan tiempo después de la resurrección.  Encontramos un contundente relato para comprender realmente la historia narrada en el génesis bíblico.

Libro Secreto de Juan. Capitulo 11:1 Yo le dije al Salvador: «Señor, fue la Serpiente la que ordenó a Adán que comiese?”. El Salvador se rió y dijo: YO fui el que, empero, les hizo comer. «No es como Moisés escribió y tú oíste. Pues él dijo en su primer libro: “Hizo que Adán quedase dormido». Más bien este olvido hizo que Adán perdiera todo el sentido. Así dijo el Primer Gobernante a través del profeta: «Haré que sus mentes sean lentas, para que no puedan comprender ni discernir”.

En este evangelio se narra una situación muy diferente a la que conocemos por el libro del génesis de Moisés, y que si le aplicamos lógica e inteligencia tiene mucho más sentido: Fue Jesús (El salvador) y no la serpiente, el que les hizo comer, por consiguiente el que no permitió que comieran fue el primer gobernante, que en el génesis esta descrito como Jehová.

Reconfirmando que el dios hebreo YAWE, no es el Dios verdadero, es una falso dios, un impostor, pues en estos hechos nos damos cuenta que le ha negado el derecho a  la humanidad de tener contacto directo con el conocimiento y la sabiduría.

Pues cuando el hombre probo, se sintió desnudo del saber. Fueron abiertos sus ojos sabiendo el bien y el mal, para entenderlo mejor, el poder para discernir.

Pero fracasado el plan de Yawe de impedir que el hombre comiera del fruto del conocimiento, se dispuso a cerrar el camino a otro árbol, este es el Árbol de la vida, pues al comer de él recuperaríamos la vida eterna.

Génesis 3:22-24- Y dijo Jehová dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.

Ese mismo Árbol que en claro contraste, si vino ofreciendo Jesús:

Apoc. 2:7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

La enseñanza de toda esta historia, es que vivimos alejados de los conocimientos puros y eternos, pues sistemáticamente los poderes dominantes nos han alejado de ellos, pero en la medida que los busquemos, encontremos, estudiemos y apliquemos, recuperaremos una vida real, la vida eterna. «La verdad del conocimiento original, que es la verdad, nos hará libres».

Amigos de Descubriendo, investiguemos, leamos, usemos la inteligencia heredada por la luz grabada  de forma indeleble en nuestro interior (El Pensamiento Iluminado), luz que nos permitirá abrir los ojos ante el engaño impuesto a toda una humanidad, que se acostumbró a adorar lo que desconoce.

Por: Neil Barrios Ariza.